Testigo de los inicios de la empresa y, al mismo tiempo, de la familia Zubizarreta-Menna. Una señorial casona de principios del siglo XX, restaurada en el año 2001, que conserva su estilo clásico, sus techos altos y artesonados y muros que guardan muchos recuerdos. La llamamos “Casa de Aitona”, que en el lenguaje del pueblo vasco significa “Casa del Abuelo”, como un sentido homenaje a ese abuelo que apenas conocimos, pero que nos mostró un camino por el que hoy transitamos.

Recreamos el almacén de campaña que nuestro abuelo Pedro tuvo en la década del ‘30 y ‘40, y allí guardamos los recuerdos más especiales de la familia. Todo está intacto en ese lugar. Las primeras botellas, vestidas de polvo y tierra, medidas de estaño y una balanza de dos platos, guardan épocas de viejas cosechas, tiempos de faroles a mantilla, caminos de tierra andados de pies descalzos.



Recorremos la bodega de la mano de nuestras vivencias de niños, visitamos el viñedo y finalizamos en Casa de Aitona con degustación guiada de nuestros mejores vinos, acompañados por empanadas caseras, panificados, quesos y fiambres de la zona.

Para celebrar con amigos o en familia. Empanadas caseras, variedad de carnes a la parrilla, acompañamientos, y pasteles criollos de dulce de membrillo como postre, para volver a los sabores de antaño. Degustación de nuestros mejores vinos.

Luego de la recorrida y visita al viñedo, descansamos en la paz del parque. Elegimos tres vinos para opciones que incluyen bruschettas, panificados varios y bocados dulces.