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MIS HISTORIAS

La mayoría de las escenas salen tal cual, desde que iniciamos hasta que se terminan. Si hay buena química entre los actores, como a mí me pasa, el productor nos deja seguir, casi no hay cortes. Cuando hice la primera, el actor sabía que yo era nueva en esto, entonces no fue tan brusco; fue muy paciente conmigo, porque hacer porno es muy fatigante: se te va el aire, más aún cuando te toca estar encima. Además, el dolor en las piernas es terrible —más que en la vagina—; por eso cuando él veía que no me respondían, pedía que cortáramos. Descansemos; para luego continuar. Sinceramente, fue muy paciente conmigo y la escena salió mucho mejor de lo que esperaba.